Haciendo historia:
La imponente y bella estampa del caballo Peruano de Paso proviene de su descendencia de sus antepasados ibéricos, berberiscos, andaluces y frisones, introducidos por los conquistadores españoles en el Virreinato del Perú en el siglo XVI.
Al llegar a América y cruzarse con la yeguada existente desde la conquista, la cual llevaba en su sangre la ascendencia bereber con tendencia a la ambladura, surgió esta raza inigualable que en su momento fue símbolo de distinción social.
A su vez los conquistadores y colonizadores descubrieron en ellos un excelente medio de transporte para realizar sus largas travesías a lo largo del Virreinato.
Los conquistadores dependían casi exclusivamente de la fortaleza de sus montados para llegar a destino y sobre vivir la travesía.
En este nuevo y vasto territorio del virreinato, Salta, Jujuy, San Juan y Mendoza eran paradas obligadas para unir a través del Camino del Inca el norte con el sur.
Desde la época colonial nos han unido con la hermana República de Perú fuertes lazos fundados en lo histórico, en lo cultural, y en lo comercial.
De la vinculación comercial, ejercida por una corriente que, partiendo de Salta, llevaba mulas para las minas y ganado vacuno, en largo y sacrificado viaje.
Luego de vendido el arreo en las coloridas ferias que, al efecto se organizaban, regresaban los troperos salteños en un caballo singular que allí encontraron, caracterizado por su bella estampa y cómodo andar.
Así fue como se introdujo en el Valle de Lerma y en los Valles Calchaquíes el caballo peruano de paso, habiéndose despertado un creciente interés en el fomento de su cría, con el transcurso del tiempo los arreos, tanto de vacunos como de mulares, fueron paulatinamente desapareciendo, reemplazarlos por los medios mecánicos de transporte que el progreso aportó. Y es así como quedaron asentados en los Valles del Noroeste Argentino estos hermosos caballos que, valga la redundancia, siendo de una extraordinaria comodidad en sus sillas, se caracterizan por su belleza, cadencia, energía (brío) y mansedumbre, elegancia en el andar y por el movimiento armonioso de sus miembros (manos y patas), aptitudes éstas que lo hacen inigualable en su tipo, destacándolo como uno de los mejores caballos de silla del mundo.
Estos caballos tuvieron que adaptarse a climas y geografías diferentes: acostumbrándose al calor, la nieve, las selvas, los desiertos, las montañas; soportando extensas travesías y duras jornadas, que les exigían constante rapidez en la marcha sobre suelos blandos, y muchas veces bajo la inclemencia de un sol abrasador.
Todo ello, sumado al paso del tiempo, al aislamiento sufrido durante alrededor de 400 años, a la supervivencia del más fuerte, y a la selección que hicieron sus criadores peruanos, lo que produjo una diferenciación por el hecho de que seleccionaron los de naturaleza ambladora, derivó en el actual caballo Peruano de Paso: una raza muy particular por sus proporciones corporales y por un andar lateral o "llano de paso" que le es característico.
Su crianza organizada en la Argentina se inició a principios del siglo XX
Actualmente La Asociación Argentina de Criadores de Caballos Peruano Argentino de Paso, fundada el día 03 de junio de 1980, se sitúa en la ciudad de Salta.
Características distintivas y particulares de la raza:
Es de un temperamento fogoso, aunque de gran nobleza y mansedumbre, de andar suave y notable resistencia.
Lo que hace a este animal diferente a otras razas equinas en el mundo es su trote particular: la ambladura, marcha de cuatro tiempos. Esta variante consiste en que el desplazamiento no es diagonal como en la mayoría de las razas (este consiste en que, cuando el animal se pone en movimiento, la pata derecha y la mano izquierda se levantan al mismo tiempo, para luego tocar el suelo también simultáneamente, después de un pequeño salto, el caballo cambia el movimiento y realiza lo antedicho, pero con la pata izquierda y la mano derecha), sino lateral, porque el caballo levanta y adelanta, simultáneamente, los dos miembros de un lado, para posteriormente apoyar primero la pata y luego la mano, agregando una fase de suspensión que se intercala entre el apoyo de las extremidades de uno y otro lado.
Este andar, denominado paso llano o ambladura rota, permite que el jinete prácticamente no se mueva, recorriendo así largas distancias de manera ligera y cómoda, haciéndolo ideal para realizar cabalgatas, actividades de equitación o viajes.
Físicamente:
Su alzada que varía de 1,40 m a 1,52 m para las hembras y 1,45m a 1,53m para los machos.
Su cuerpo es compacto y musculoso, ancho y profundo; extremidades alargadas y fuertes; su cabeza es plana y ancha con ojos brillantes y expresivos, orejas chicas con las puntas hacia adentro; cuello robusto y musculoso; su color predominante es el zaino, aunque suelen verse alazanes con capas mezcladas, su peso varía entre 400 y 500 kilogramos.
